Vejiga hiperactiva

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Trate Usted de imaginarse así:

  • Tener miedo constante de perder orina en cualquier momento.

  • Buscar de manera rutinaria y como hábito mental el tener que ubicar el baño en cada sitio al que llega.

  • Obligarse a tener sed por evitar tomar líquidos ante el miedo de perder orina involuntariamente.

  • Abstenerse de salir a la calle.

  • Evitar realizar actividades físicas.

  • Obligarse a utilizar ropa obscura para “disimular” la mancha de orina.

  • Tener la necesidad de ir cerca de 20 veces al baño por día y tener que despertarse en múltiples ocasiones durante la noche para ir a orinar con el consecuente cansancio y desgaste al siguiente día.

  • Cuando se anime a salir para un evento importante, tener que sentarse en la orilla de la fila de asientos en un auditorio o muy cerca de la puerta para poder “escapar” rápido al baño.

  • Tener la necesidad de llevar a todos lados ropa interior “de repuesto”.

  • Abstenerse de tener intimidad por la sensación de oler o perder orina durante la relación sexual.

  • Utilizar protección con toallas sanitarias constantemente.

  • Llegar a tener que utilizar pañal

Esta es la realidad de lo que puede llegar a “vivir” diariamente un paciente con vejiga hiperactiva.

Cerca del 20% de la población y mas del 50% de las mujeres después de los 40 años tienen algún grado de vejiga hiperactiva. La afectación en la calidad de vida por esta enfermedad suele ser mayor que otras enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión arterial o la depresión.

Este es un problema frecuentemente mal comprendido y que usualmente la paciente no discute de manera espontánea incluso con su médico pero es tan frecuente que se estima que 1 de cada 11 adultos la padece.

Solamente el 40% de las pacientes con síntomas de Vejiga Hiperactiva (VH) se lo mencionan a su médico y de los que si lo hacen, mas del 70% no reciben tratamiento.

vejiga-hiperactiva

El diagnostico de vejiga hiperactiva es un trastorno de la vejiga que se presenta cuando esta pierde su capacidad normal de permanecer relajada hasta que se presente el momento apropiado para vaciar su contenido.

El termino “vejiga hiperactiva” (VH) es un diagnostico que comprende sintomatología como la urgencia (sensación de querer ir a orinar, persistente, imperiosa y difícil de diferir) , la nicturia (cuando se la persona se levanta a orinar 2 o mas veces durante la noche), la poliuria (orinar frecuentemente) y ocasionalmente la cúspide dramática de la incontinencia urinaria (perdida involuntaria de orina).

Puede ser subsecuentemente caracterizada como neurogénica cuando existe una condición neurológica demostrable (Parkinson, esclerosis múltiple, lesión medular, eventos vasculares cerebrales, etc) o no neurogénica. Las causas no neurológicas suelen estar relacionadas con patología obstructiva, envejecimiento (hipoestrogenismo), defectos anatómicos (prolapso de órganos pélvicos) o de origen idiopático (VH idiopática). Otra manera de subclasificarse es basado en la presencia o ausencia de incontinencia asociada, esto es en VH seca o VH “húmeda” (cuando existe perdida de orina).

Es esencial descartar patologías que pudieran simular una VH y de ellas las principales son por frecuencia las infecciones de vías urinarias (IVUs) y por gravedad los tumores o la cistitis intersticial pasando por la posibilidad de un cuerpo extraño intravesical.

La prevalencia de VH es igual en mujeres que en hombres pero en las primeras suele ser más “sintomática” y de mayor impacto en la calidad de vida (por las condiciones propias de una uretra mucho más corta, alteraciones hormonales y trastornos de la estática pélvica) y va a depender de:

los criterios que se utilicen para definirla, la población estudiada y la edad de la población estudiada. En la literatura se pueden encontrar cifras que van desde un 10% hasta un 40%. Lo cierto es que es una entidad usualmente progresiva y de mucho mayor frecuencia conforme aumenta la edad de la población en la que se estudia.

El tratamiento de esta enfermedad suele ser en a base de medicamentos, modificaciones de los habitos de micción y de ingesta de líquidos y ejercicios de Kegel (de los músculos del piso pélvico). En los casos en los que no existe una adecuada respuesta al tratamiento inicial o cuando existen problemas asociados (como cuando existe prolapso (caída) de vejiga, recto o útero (matriz) puede ser necesario una pequeña cirugía para corregirla. Existe además una terapia muy útil que es la Electroestimulación, para mayor información te invitamos a que leas más sobre ello en la sección de tratamientos.

Para mayor información te invitamos a visitar la sección de «Temas interesantes» en mujerbien.com

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