El embarazo será una de las etapas más bonitas de tu vida, pero para ello tu cuerpo deberá sufrir numerosos cambios que no siempre serán gratos…
Cuando te desesperes porque tus pantalones no te cierran, tus cachetes cada vez crecen más o tu piel es un desastre, piensa en que son detallitos comparados con el producto final… ¡Tu bebé! y en poco tiempo regresarás a ser la de antes.
La báscula: No te obsesiones con tu peso, mientras tu alimentación sea balanceada y no abuses de las grasas, no te preocupes demasiado por subir algunas tallas; recuerda que parte del peso se reparte en la masa que proviene de la placenta, líquido amniótico, aumento del tamaño del útero y de los senos, sangre adicional y por supuesto el bebé. Lo común es subir entre 11 y 15 kilos.
Estrías: durante estos cambios es normal que la piel ceda y se abra, pero podemos ayudarla y detenerla en medida de lo posible, con cremas hidratantes especiales para el tratamiento de las estrías. Algunos remedios son cápsulas de vitamina E, combinadas con gotas de lavanda y manzanilla, da un masaje y retira la mezcla con un trapo húmedo.
Cuida tus senos: se hincharán considerablemente, en especial cuando comiences a producir leche. Antes de dar a luz te segregará un líquido amarillento y espeso (calostro), es completamente normal, asegúrate de asear y secar bien el área para evitar infecciones.
Varices: son las venas dilatadas que aparecen en las piernas, pero también en la vulva o en la zona rectal (hemorroides), por lo general son inofensivas, pero hay casos en los que se desarrollan coágulos (trombosis venosa) y se debe recibir tratamiento médico.
Pigmentación de la piel: el 90% de las mujeres sufren melasma, un oscurecimiento de la piel debido a la producción excesiva de melanina. Aparece sobre todo durante el segundo trimestre en algunas zonas de la cara, cuello, pero igual puede darse en pezones y areolas, piel genital, axilas y línea media del vientre. lo primero que debes hacer para prevenirla es cuidar tu piel con cremas que tengan protección solar. La pigmentación se desvanece apenas termina el embarazo.
Vejiga caída: entre más se desarrolle el bebé, más presión ejercerá sobre tus órganos inferiores; esto ocasionará que vayas con más frecuencia al baño y que más adelante sufras derramamientos cuando estornudes, tosas o rías.
Descanso: en esta etapa tus 8 horas de sueño deben ser sagradas, así que deja a un lado las actividades que te interrumpan. Créelo, después de que nazca tu bebé no podrás pegar el ojo, así que aprovecha y duerme.
Pero no te asustes, no todo esto te sucederá y no todo es malo, también hay cambios que gozarás. Por ejemplo, el exceso de sangre en tu cuerpo hará que tu piel luzca más radiante, tus uñas crecerán más rápido y tendrás el cabello con más volumen y brillo.
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