Trata de imaginarte así:
Tener constantemente dolor pélvico y/o vaginal que persiste a pesar de tomar analgésicos.
Sentir súbitamente el deseo de orinar y tener que correr al baño con miedo a perder orina.
No retener la orina y tener que ir a orinar muchas veces al día, casi justo después de tomar cualquier líquido o tener que levantarte varias veces a orinar durante cada noche.
Sentir dolor cada vez que se está llenando tu vejiga.
Sentir dolor al momento de tener relaciones sexuales o al momento de querer evacuar.
Tener que evitar realizar las actividades cotidianas (como salir a la calle, abandonar el trabajo o evitar tener intimidad con la pareja).
Esta es la historia cotidiana de muchas mujeres que sufren de Cistitis Intersticial (ahora conocida como Síndrome de Dolor Pélvico Crónico o Síndrome de Vejiga Dolorosa)
¿Qué es?
En México no se tienen cifras al respecto, pero se estima que cerca de 6 millones de mujeres viven actualmente con Cistitis Intersticial/Síndrome de Vejiga Dolorosa en nuestro país y la gran mayoría de las veces no son tratadas adecuadamente (frecuentemente son tratadas para infecciones urinarias o vaginales o por otros problemas como endometriosis) ante el desconocimiento de este grave y relativamente «reciente» problema.
Esta es us una enfermedad que ataca sobre todo a las mujeres (el 90% de quienes la padecen son mujeres) y se estima que actualmente afecta a cerca del 5% de la población general.
Los síntomas suelen empeorar en algunos casos cerca del tiempo de la menstruación o cuando la mujer tiene alteraciones hormonales, problemas emocionales o cuando consumen ciertos alimentos que contienen sustancias que irritan el urotelio (la capa más interna de la vejiga), como los refrescos, el chile o las salsas, el chocolate, los cítricos, los azucares y sus derivados, los alimentos añejados o ahumados, el alcohol o hasta el jitomate.
Y es que el problema se manifiesta cuando en la vejiga se pierde una «capa protectora» que separa la orina de la capa interna de la vejiga y los irritantes de la dieta literalmene «queman» por dentro la vejiga. Por ello la vejiga trata de «defenderse» impulsando a que la paciente vacíe su vejiga constantemente.
¿Qué la causa?
Frecuentemente se confunde con una infección urinaria (ya que presenta muchos síntomas similares), pero aunque la misma enfermedad puede aumentar el riesgo de desarrollar secundariamente una infección urinaria la Cistitis Intersticial/Síndrome de Vejiga Dolorosa no responde a los antibióticos.
No se sabe a ciencia cierta que causa este problema pero las investigaciones más recientes apuntan a que es la manifestación vesical (en la vejiga) de otros problemas generales que pudieran no haberse identificado (como problemas inmunológicos, fibromialgia, artritis reumatoide, síndrome de colon irritable, etc).
¿Cómo se hace el diagnóstico?
El diagnóstico requiere que el médico conozca el problema. Un dicho muy cierto es aquel que dice que «Los ojos no ven lo que el cerebro no conoce».
El problema radica es que usualmente el médico general y desafortunadamente muchos ginecólogos (y hasta urologos!) no se mantienen actualizados y no conocen los criterios diagnósticos de esta enfermedad que hasta hace relativamente poco se integró al catalogo universal de enfermedades.
Antes, para hacer el diagnóstico de Cistitis Intersticial se requería forzosamente la presencia de Glomerulaciones o «Ulceras de Hunner» descritas por primera vez en 1914 y que se presentan en los casos más graves de la enfermedad (pero que están ausentes en los casos leves y moderados).
Actualmente el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales) así como la American Urological Association (Asociación Americana de Urología) establecen el diagnóstico de esta enfermedad al cumplirse dos criterios esenciales:
- Presencia de dolor en la vejiga usualmente acompañado de un aumento en las veces de ir a orinar frecuentemente con sensación de urgencia (miedo a perder orina antes de llegar al baño).
- Haber descartado otras enfermedades que pueden generar síntomas similares (endometriosis, infecciones urinarias o vaginales, cáncer de vejiga, etc).
¿Cómo se trata?
La Cistitis Intersticial/Síndrome de Vejiga Dolorosa es una enfermedad crónica que no se cura pero que como otras enfermedades de este tipo, puede controlarse muy bien.
Después de hacer el diagnóstico, el especialista realizará un plan de abordaje de tratamiento que puede incluir: medicamento tomado, medicamentos colocados dentro de la vejiga, terapias de rehabilitación con electricidad, procedimientos en quirófano (distensión vesical o aplicación de inyecciones dentro del músculo detrusor), una dieta especial en la que se evitan irritantes para la vejiga o más comúnmente, una combinación de varias de estas opciones.
El decir que esta enfermedad NO SE CURA, no significa que NO TENGA SOLUCIÓN. Con el tratamiento correcto, el control de la enfermedad permite que la paciente viva una vida plena y sin dolor.
¿Asociación entre Cáncer de Vejiga y Cistitis Intersticial/Síndrome de Vejiga Dolorosa?
No existe una relación clara entre estos dos problemas. Sin embargo, en el protocolo diagnóstico de las pacientes que no responden al tratamiento inicial o presentan síntomas graves (como sangrado en las vías urinarias conocido como Hematuria) deberá descartarse inicialmente un problema de Cáncer de vejiga en una paciente en la que inicialmente se sospechaba una Cistitis Intersticial. Para ello el estudio de cistoscopía con la toma de una biopsia de vejiga son la herramienta diagnóstica inicial.
¿Qué debo hacer si creo tener Cistitis Intersticial/Síndrome de Vejiga Hiperactiva?
Lo primero que debes hacer es acudir con un especialista en la materia. Por ser ésta una enfermedad poco conocida, muchas pacientes que la padecen sufren algún tipo de violencia por algunos médicos quienes ante el desconocimiento de la misma, andan mandando a la paciente primero al «psiquiatra» pensando que la paciente se esta «inventando» sus síntomas.
Lo verdaderamente triste es que muchos médicos no conocen esta enfermedad y los síntomas suelen confundirse lo que ocasiona que estas pacientes reciban tratamientos inadecuados.
El Uroginecólogo es el especialista indicado para tratar estos problemas en la mujer.
Las mujeres con este problema suelen decir que «no se lo desean ni a su peor enemigo».
Afortunadamente, la ciencia médica ha avanzado muchísimo y actualmente tenemos muy buenos resultados en el tratamiento integral de estas pacientes.
Si conoces a alguien que tenga este problema por favor hazle llegar esta valiosa información.
Si tu eres quien tiene el problema, acude con nosotros para una valoración integral que nos permita solucionar tu problema.
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