Durante el embarazo, el útero crece y empuja los músculos del abdomen hasta que el ombligo se queda sin espacio y se «bota»; por lo regular esto sucede en el tercer trimestre, (cerca de las semanas 28 a 32 de tu embarazo).
Es más notorio en las mujeres con músculos débiles o en quienes suben mucho de peso, pero en otras no sucede, es decir, no es una regla general para todas las embarazadas.
El ombligo regresa a su lugar después del nacimiento del bebé, cuando el útero recupera su tamaño normal. Si no se retrae, se forma una hernia umbilical: un bulto que puede ocasionar molestias como dolor, dermatitis o infecciones, y se requiere una cirugía para corregirlo.
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